Crocante, ligeramente picante y muy refrescante, el rábano es ideal como ingrediente de ensaladas y sopas y para picar. Es diurético y digestivo.
No se sabe cual es lugar de origen exacto de los rábanos, pero se dice que provienen del sur de Asia. Fue una hortaliza muy utilizada en la Antigüedad, pues existen continuas referencias a ella en los textos egipcios y romanos. El rábano era todo en la dieta de los constructores de las pirámides, que se creía que incrementaba su fuerza.
El rábano es un bulbo que crece en climas templados y tolera el clima frío mientras no sea extremo. Donde más se cultiva y consume es en los países asiáticos. China y Japón son los principales productores de rábanos en el mundo.
USO Y CONSERVACIÓN
Los rábanos que conocemos en América tienen la piel fucsia y la carne blanca, pero hay también rábanos blancos, grises y amarillos. Estas hortalizas se caracterizan por su sabor ligeramente picante y refrescante. Se pueden añadir a ensaladas, sopas y guisados.
Escoja rábanos de tamaño mediano porque su consistencia es menos fibrosa. Deben tener una textura firme, la piel suave y un color fucsia o rojo vivo.
Los rábanos se conservan hasta por 1 semana en perfectas condiciones, si los guarda en 1 bolsa hermética en el cajón de las verduras del refrigerador.
Las hojas del rábano también son comestibles y se pueden usar para agregarle un ligero sabor picante a las ensaladas.