Indispensable en la cocina, muy refrescante y agradablemente ácido, el tomate es una de las mejores fuentes de vitamina C y licopeno.
El origen del tomate se ubica en Sudamérica en la zona andina al sur de Ecuador, pero fue cultivado por primera vez en México. Los españoles lo llevaron a Europa en el siglo 16, donde no fue muy bien recibido porque se decía que era venenoso. Se cultivó entonces mayormente como planta de ornato. Sin embargo, con el paso del tiempo, fue ganando terreno en la alimentación europea, sobre todo en Italia y España.
La planta del tomate se cultiva en climas templados. Es una panta rastrera, es decir, necesita soportes para crecer mejor. Los principales países productores de tomate en el mundo son Estados Unidos, Italia, Rusia, España, Turquía y China.
USO Y CONSERVACIÓN
El tomate se puede consumir crudo, cocido o asado, como base o protagonista de las recetas. Resulta delicioso al combinarlo con queso, albahaca, cebolla, ajo o aceite de oliva.
Los tomates deben ser pesados presentar una piel completamente lisa. Para que maduren rápidamente, guárdelos en una bolsa de papel junto con un banano o una manzana.
Para pelar los tomates fácilmente, hágales una incisión en forma de cruz en su parte inferior, métalos en agua hirviendo durante 5 minutos, déjelos enfriar y retíreles la piel.
Para preparar tomates en conserva, siga el procedimiento anterior, aumentando el tiempo de cocción a 10 minutos. Guárdelos en un frasco tapado en el refrigerador.
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