Picante en distintas intensidades, el encanto del ají va más allá de la sensación de calor que genera en la boca, pues dependiendo de la variedad, le aporta sabor y magia a las comidas.
El ají, como se le conoce en Suramérica, o chile, como se le dice en México y Centroamérica, es uno de los frutos emblemáticos de nuestro continente. Se cree que su centro de origen se encuentra en México, desde donde se difundió hasta el sur de América. Utilizado por los pueblos prehispánicos desde hace aproximadamente 7.000 años, los ajíes fueron llevados a África, Asia y Europa por los españoles y portugueses.
Existen distintas variedades de ajíes alrededor del mundo que se distinguen entre sí por su tamaño, forma, color y nivel de picante. Entre los principales productores del mundo se encuentran China, México, Turquía, India, Indonesia y Corea, quienes también son los exportadores más importantes.
USO Y CONSERVACIÓN
La comida mexicana, tailandesa, peruana o hindú sería impensable sin la poderosa presencia del ají. Cada día más personas alrededor del mundo disfrutan ese toque picante y explosivo que agrega a las comidas.
> A la hora de escoger ajíes, busque aquellos que tengan piel lisa, firme, brillante y de color intenso. No los guarde en bolsas plásticas, pues la humedad los enmohece. Se recomienda guardarlos en una bolsa de papel y conservarlos en el refrigerador.
> Las semillas y las venas son la parte más picante del ají, si las elimina, sus preparaciones picarán menos.
> Los ajíes secos, enteros o en escamas, se deben conservar en un frasco bien cerrado lejos de la luz solar.
Comments