ENELDO: La espinaca de los egipcios, griegos, romanos y vikingos

El eneldo es una hierba deliciosa que aporta su sutil sabor a pescados, mariscos, verduras y aderezos. La infusión de sus hojas y semillas resulta muy benéfica para la salud.

El eneldo es una planta que tiene un gran centro de origen conformado entre Asia occidental el Mediterráneo oriental y el sur de Rusia. Desde la Antigüedad fue utilizado por egipcios, griegos y romanos por su deliciosa sazón y por sus propiedades medicinales. Los romanos creían que ayudaba a incrementar la fuerza, por lo que era comúnmente consumido por los soldados. El eneldo también fue muy apreciado por los pueblos Vikingos.

El eneldo para crecer necesita climas moderados —ni demasiado seco ni demasiado lluvioso— y suelos con buenas condiciones de humedad. Se propaga muy fácilmente y se cultiva sobre todo en Europa, India, Pakistán y Estados Unidos.

USO Y CONSERVACIÓN

El eneldo posee notas aromáticas a anís y a limón y su sabor es levemente anisado, con un dejo de perejil. Combina muy bien con todo tipo de pescados y mariscos, pepino cohombro, coliflor, repollo, papas, yogur y mayonesa.

Las hojas de eneldo deben tener una textura crocante y firme y ostentar un fresco color verde. En el refrigerador se conservan en buen estado, guardadas en una bolsa plástica, durante 2 o 3 días.

Si el eneldo seco se guarda alejado de la luz solar en un recipiente hermético, conserva su aroma hasta por un año.

Las semillas de eneldo se pueden combinar con jengibre, semillas de cilantro y de mostaza, ají y ajo.

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