Independientemente de su especie, las nueces agregan un delicioso toque extra de nutrición, sabor y textura a cualquier preparación. Son un alimento ideal para el cerebro, el corazón y la piel y una opción sana para consumir en cualquier momento.
Las nueces son los frutos del árbol del nogal, del cual existen aproximadamente sesenta especies originarias de Europa, Asia y América. Desde tiempos prehistóricos han sido recolectadas por los hombres. En Mesopotamia las consumían asadas, los romanos las usaban en sus dulces y hacían parte de la alimentación de los indios de Norteamérica.
Existen diversas clases de nueces: pacanas, macadamias, nueces del nogal, del Brasil y de la India o anacardos, entre otras. Entre los mayores productores de nueces en el mundo se encuentran China, Estados Unidos, Turquía, Rumania, Francia, México, Australia, Israel, Perú y Suráfrica.
USO Y CONSERVACIÓN
Las clases de nueces se distinguen por las notas de su sabor y todas se caracterizan por su agradable textura cremosa y el crocante que transforma cualquier plato en un festín. Se pueden adicionar a ensaladas de verduras o de frutas, a sopas y cremas, carnes y guisados y, por supuesto, a todo tipo de postres y dulces.
Las nueces se conservan durante más o menos tiempo dependiendo de su especie. Para garantizar su buen estado, guárdelas con o sin cáscara en un recipiente hermético.
Las nueces se pueden congelar en bolsas plásticas diseñadas con ese fin.
Cuando necesite pelar nueces, déjelas reposar unos minutos en agua caliente y luego frótelas entre sí, de esta manera la piel se desprende fácilmente.